2 románticas aventuras en helicóptero para un tête-à-tête memorable

¿Quién no ha soñado alguna vez con surcar los cielos para admirar el paisaje y rozar las nubes con su media naranja? Pues déjeme decirle que es posible. He aquí tres formas divertidas, sorprendentes y absolutamente románticas de disfrutar de una romántica aventura en helicóptero.

Ya se trate de unas vacaciones, de un fin de semana o incluso de una experiencia única en la vida, nunca hay que ir muy lejos para encontrar la excusa perfecta para una escapada romántica. ¿Y qué mejor manera de abandonar Saint-Tropez con estilo que en helicóptero? De hecho, no cabe duda de que es la forma perfecta de descubrir las auténticas maravillas románticas tan características de la Costa Azul y la Provenza.

Ati Yachts es el lugar para descubrir experiencias sensoriales excepcionales, a tiro de piedra de Saint-Tropez. Hablamos deexperiencias cargadas de emoción que os unirán más y fortalecerán vuestra relación.

El Plateau de Valensole: un encanto de lavanda

Imagínese un entorno impresionante repartido en casi 12.700 hectáreas de terreno, a tiro de piedra de las fabulosas Gargantas del Verdon. El Plateau de Valensole es un verdadero tesoro efímero que asombra a los viajeros cada verano por su belleza sin igual.

Cómodamente sentado a bordo de su helicóptero, dominará majestuosamente las Gargantas del Verdon, una impresionante sima calcárea modelada por las aguas del mismo Verdon. Se le llenarán los ojos con los tonos turquesa, esmeralda y azul celeste del Lac de Sainte-Croix, coronación del panorama. Luego nos enamoramos del pintoresco pueblecito de Moustiers-Sainte-Marie, enclavado contra su pared rocosa y salpicado de casas típicas provenzales. Los amantes de la naturaleza están de enhorabuena.

Llegar a la meseta de Valensole es sencillamente inolvidable: campos de olivos, lavanda y almendros compiten en coloridos contrastes, con la lavanda como protagonista. En esta sinfonía de colores, el dorado del trigo coquetea con los cincuenta tonos de lavanda que florecen majestuosamente cada principio de julio.

Acomódese para disfrutar de un delicioso y bucólico picnic en el corazón de los campos de lavanda y déjese hechizar por la armonía del embriagador aroma de la lavanda y el azul celeste del cielo: un ambiente romántico garantizado. Los gourmets no se quedarán fuera: tras un paseo para descubrir los campos de lavanda, podrán disfrutar de los sabores mediterráneos que ofrece el joven y talentoso chef Thomas Chambraud en La Bastide de Moustiers, hogar de Alain Ducasse.

Porquerolles, la isla del encanto

Es difícil resistirse al atractivo crudo y sincero de las îles d’Or, el conjunto de islas que forman el Parque Nacional de Port-Cros. Aquí se mezclan armoniosamente aguas translúcidas, pinares vírgenes, playas plateadas y viñedos de renombre.

Comience su aventura en pareja dirigiéndose a Porquerolles desde Saint-Tropez. Es una escapada estupenda, y los más afortunados podrán avistar delfines en el viaje en helicóptero. Es una experiencia sobrecogedora que se puede saborear aún más en pareja, dejándote esa sensación única de privilegio.

Cuando llegue a Mas du Langoustier, le espera una experiencia romántica inolvidable: partir juntos a descubrir las múltiples facetas de esta encantadora isla. Súbase a las bicicletas, el medio ideal para explorar las sinuosas carreteras de la isla. Visite un viñedo, como el Domaine Perzinsky, propiedad de la famosa casa de modas Chanel, para disfrutar de una exquisita degustación. A continuación, disfrute de un almuerzo de sabores locales en el restaurante Mas du Langoustier, donde el chef Gabriel Perona, oriundo de la península de Giens, deleitará su paladar. Disfrute de los placeres y sorpresas que le depara la tarde, ya sea relajándose junto a la piscina del hotel o explorando magníficos arenales como la Playa de la Plata.

Al final de este ajetreado día, es hora de elegir entre prolongar este interludio encantado o regresar a Saint-Tropez en helicóptero, llevándose consigo todos estos maravillosos recuerdos. Y si pasa la noche en la isla, no deje de visitar Villa Carmignac, un museo único donde el arte contemporáneo se funde con la naturaleza, tanto en el interior como en las 15 hectáreas de jardines. Disfrute de las veladas musicales de verano que se organizan en estos mismos jardines: un momento suspendido, aún más delicioso si se comparte entre dos.

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