Las Seychelles, formadas por 115 deslumbrantes islas, se extienden a lo largo de 455 kilómetros cuadrados del centelleante océano Índico. Este país ofrece un extenso paisaje de incomparable belleza, un exuberante paraíso tropical donde las playas de suave arena blanca se funden con tranquilas aguas turquesas. El interior rebosa de plantas y animales exóticos. Las islas Seychelles figuran entre los destinos náuticos más exóticos y remotos del mundo. Recompensan a los visitantes con islas de coral bordeadas de bosques, lujo refinado y experiencias de vida salvaje muy cerca.
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Una cálida bienvenida a los superyates
En los últimos años, las Seychelles se han abierto a los superyates, convirtiéndose en uno de los destinos de chárter invernal más populares. Han surgido nuevos puertos deportivos, el mayor de los cuales es el impresionante Eden Island, en la isla principal de Mahé. Puede acoger yates de hasta 115 metros de eslora y ofrece excelentes instalaciones en un entorno espectacular. Quienes deseen aventurarse en el corazón del océano Índico y explorar las islas, encontrarán numerosas calas y bahías profundas que constituyen idílicos fondeaderos.
Aunque en el pasado la región estuvo plagada de piratas, los enormes esfuerzos del gobierno de las Seychelles han erradicado el problema. Las puertas vuelven a estar abiertas para que los superyates naveguen seguros por aguas cristalinas.
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Puede vivir sus sueños de Robinson Crusoe (con comodidades de lujo)
Explorar las Seychelles ofrece recompensas en todos los sentidos. Las tres islas principales,
Praslin, La Digue y Mahé
son las más visitadas. Ofrecen playas de arena suave, densos parques nacionales selváticos y modernas comodidades, incluido un aeropuerto internacional. Con su larga historia, es un destino dinámico donde las culturas criolla, india, asiática y francesa se han entremezclado, creando antiguas tradiciones, flamantes festivales y una cocina ecléctica.
Sin embargo, para vivir una auténtica aventura inexplorada, las islas exteriores ofrecen atolones de coral en su mayoría deshabitados y totalmente vírgenes. En este mundo acuático, los superyates pueden descubrir su propio pedazo de paraíso fondeando en bahías solitarias de aguas turquesas. Este mundo virgen está esperando a ser explorado, desde el remoto atolón de Cosmoledo, con su vasta laguna interior, a
la isla Alphonse
de un kilómetro cuadrado, y las 20 pequeñas islas del grupo Amirantes. Escasamente pobladas por seres humanos, estas islas son un remanso de paz para la fauna salvaje.
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Excepcionales oportunidades para practicar submarinismo y deportes acuáticos
Seychelles ofrece algunas de las oportunidades de submarinismo más increíbles del planeta, ya que el océano Índico atrae a multitud de especies marinas, como tortugas, peces, delfines y el pez más grande del mundo, el tiburón ballena.
Los atolones de coral rebosan de colores deslumbrantes, y el buceo y el submarinismo revelan todo un mundo nuevo bajo las olas. En las islas exteriores, las corrientes traen majestuosas mantarrayas y tiburones de puntas blancas, mientras que todos los arrecifes que rodean las islas albergan multitud de peces de colores y curiosas tortugas.
Si está pensando en alquilar un superyate en las Seychelles, asegúrese de que esté equipado con un tesoro bien surtido de juguetes acuáticos. Las aguas cristalinas son ideales para practicar windsurf, vela, expediciones en kayak por la costa o tranquilas excursiones en paddle board. Para los que prefieren quedarse sobre el agua, las profundidades oceánicas ofrecen una gran variedad de atunes, peces vela y jureles gigantes que pescar para cenar.
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Un invierno idílico sin ciclones
Las Seychelles gozan de un clima casi perfecto, con una temperatura media anual de entre 25 y 30°C. El clima cálido durante todo el año carece de extremos, y al estar situado 4° al sur del ecuador, todas las islas, salvo las más alejadas hacia el sur, quedan fuera de la zona de formación de ciclones. Para los superyates, esto significa una temporada casi todo el año de temperaturas suaves, brisas frescas y mares cálidos, ideal para escapar de los fríos meses de invierno del hemisferio norte.
Entre octubre y marzo, el mar suele estar en calma, con tiempo cálido y húmedo, aunque en enero y febrero es probable que llueva. De mayo a septiembre, las condiciones son las más frescas y secas del año, aunque también es la época en que hacen su aparición los impresionantes tiburones ballena, un espectáculo que no hay que perderse.
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Una fauna sorprendente
En los vastos océanos y densos bosques de las Seychelles prosperan la fauna y las plantas endémicas. El país es especialmente famoso por su población de tortugas gigantes, que viven largas y sanas en islas protegidas como Curieuse y Moyenne, el parque nacional más pequeño del mundo con una historia fascinante. Enormes cangrejos cocoteros se mueven por la arena junto a otras 25 especies de cangrejos, y en los densos bosques crecen plantas carnívoras.
Las Seychelles no estuvieron habitadas hasta el siglo XVIII, y la mayoría de las islas siguen estándolo hoy en día. El resultado es un vasto paisaje de tierras vírgenes donde la flora y la fauna han florecido tal y como la naturaleza pretendía. Camine por las exuberantes selvas de Mahé al son de miles de pájaros, o experimente la emoción de avistar un tiburón ballena o un grupo de delfines en las aguas del Parque Nacional Marino de Port Launay. Desde la observación de aves en la isla Aride hasta la de tortugas en la isla Cousin, las Seychelles son el sueño de cualquier amante de la naturaleza.
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