Los yates de lujo han sido durante mucho tiempo símbolo de riqueza y opulencia, pero hay uno que destaca por encima de todos los demás en cuanto a lujo y precio. En este artículo, le llevaremos a conocer el yate más caro del mundo, explorando sus extraordinarias características, su fascinante historia y el enorme coste de propiedad.
La epopeya «Eclipse» – El yate de los superlativos
El «Eclipse», apodado el «yate de la discreción», es una obra maestra de la ingeniería naval. Construido por el astillero alemán Blohm + Voss y terminado en 2010, mide 162,5 metros de eslora y está dotado de un lujo sin igual. Con un diseño elegante y moderno, el «Eclipse» no sólo es uno de los yates privados más grandes del mundo, sino que también es famoso por sus excepcionales niveles de seguridad, con sofisticados sistemas de defensa que incluyen una sala segura para misiles.
El interior soñado del eclipse
El Eclipse puede alojar cómodamente hasta 36 invitados en 18 camarotes de lujo, con una tripulación de 70 personas para atender todas sus necesidades. El interior del yate está suntuosamente decorado con materiales de la más alta calidad, como mármol, cuero y maderas exóticas. Las instalaciones de ocio incluyen piscina, cine, peluquería, spa, gimnasio, discoteca e incluso un submarino para explorar las profundidades marinas.
Seguridad y confidencialidad
El Eclipse también está equipado con tecnología de vanguardia para garantizar la seguridad y la privacidad de sus ocupantes. Está equipado con detectores de misiles, sistemas electrónicos de interferencia y cámaras de infrarrojos para detectar cualquier amenaza potencial. Además, el yate está equipado con ventanas opacas con sólo pulsar un botón para proteger la intimidad de sus pasajeros.
El asombroso coste del Eclipse
La construcción de «Eclipse» costó más de 1.500 millones de dólares, lo que lo convierte en el yate más caro jamás construido. Además, los costes anuales de mantenimiento y funcionamiento del yate son astronómicos. Propiedad del oligarca ruso Roman Abramovich, el «Eclipse» es un sorprendente ejemplo de la extravagancia que puede comprar el dinero.